SANTOS FUTEBOL CLUBE (BRASIL)

En el litoral sureste del gigantesco Brasil, en el estado de Sao Paulo, a 70 kilómetros de la inmensa metrópolis, emerge Santos junto al Océano Atlántico, una ciudad de apenas medio millón de habitantes, cuyo puerto, el mayor de Sudamérica, constituye la principal actividad económica de la población. Santos es, además, destino turístico para millones de personas que la visitan cada año en busca de las bondades del clima tropical.

Durante años, Santos ha sido sinónimo de fútbol. No obstante, el considerado mejor futbolista de todos los tiempos, Edson Arantes do Nascimento, Pelé, consagró toda su carrera, o al menos sus dieciséis mejores años, al mayor club de la ciudad, el Santos Futebol Clube. El club de Vila Belmiro, que hasta la llegada de Pelé apenas había conseguido tres campeonatos paulistas, se convirtió, bajo la luz del astro y la colaboración de muchos otros grandes jugadores que con el paso de los años, atraídos por la magia de jugar junto al más grande, sirvieron al club paulista, en uno de los más laureados del palmarés brasileño, batiendo registros goleadores, y ganándose una merecida fama de equipo – espectáculo, de fútbol alegre y cautivador.

El Santos Futebol Clube se fundó en una fecha histórica para la humanidad. Aquel 14 de Abril de 1912, mientras en las oficinas del Concordia Club, en la Calle del Rosario, se gestaba la puesta en marcha del nuevo club, el Titanic se hundía en las gélidas aguas de Terranova. Charles Miller había llegado a Brasil veinte años antes con las dos primeras pelotas de fútbol que se utilizaron en el país carioca, y en Santos el deporte del que más tarde Brasil sería la potencia mundial por excelencia apenas se había practicado. Los impulsores de aquella reunión fueron tres ex jugadores del modesto club local Americanos: Raymundo Marques, Mário Ferraz De Campos y Argemiro de Souza Júnior. En esa asamblea, además de decidir la fundación del club, había que acordar también cual sería su denominación, y con qué colores se distinguiría. Para lo primero, los reunidos barajaron varias opciones, que finalmente fueron desestimadas. Concordia, Euterpe y Brasil Atlético eran los nombres que en primera instancia se discutieron. Pero finalmente los participantes de la reunión, por unanimidad, aceptaron la sugerencia de Edmundo Jorge Araújo, quien propuso que el nuevo club se llamase Santos Futebol Clube. Para decidir los colores también hubo varias ideas. Los asistentes querían que el Club Concordia, anfitrión de la reunión, quedase homenajeado en el Santos. Se discutió si la camiseta azul y blanca a franjas verticales de aquel club era la más adecuada, pero finalmente se decidió que el Santos vestiría completamente de blanco. De allí salió también elegido el primer Presidente del club, Don Sizino Patusca.

El Santos jugaría su primer partido oficial el 15 de Septiembre de aquel año, frente al Santos Athletic Club. El Futebol Clube consiguió su primera victoria, imponiéndose a sus vecinos por 3-2, y Arnaldo Silveira pasaría a la Historia del club como el hombre que consiguió su primer gol oficial. Ochenta y seis años después de aquel primer gol, el Santos se convirtió en el primer equipo del fútbol mundial en conseguir marcar 10.000 goles.
Claro que, sus primeros años de vida no fueron demasiado fructíferos, al menos en cuanto a títulos se refiere. En los años 20, el Santos era más un vivero de extraordinarios y jóvenes talentos. Se convirtió en un referente de los clubes dedicados a descubrir y formar futuras estrellas. Se hizo famosa la legendaria “Delantera de los 100 goles”, formada por Siriri, Camarão, Feitiço, Evangelista y Araken Patusca. Este último, con 20 años, fue protagonista de un hecho histórico en 1927. En el partido frente al Ipiranga, que concluyó con el resultado de 12-1 para el Santos, Patusca hizo siete goles. La marca perduraría hasta que en 1964 fue batida, cómo no, por Pelé. El equipo de la “Delantera de los 100 goles” estuvo aquel año a punto de hacerse con el Campeonato Paulista, pero en el último partido, en el que le valía el empate, el Palestra Italia, posteriormente denominado Palmeiras, le derrotó por 3-2, haciéndose con el título.

El primer trofeo del Santos llegaría ocho años después de aquel subcampeonato, en 1935. No se conseguiría repetir el título hasta 1955, revalidándolo al año siguiente, el año en el que apareció Pelé para elevar al Santos durante años a la cima del fútbol mundial. El 7 de Septiembre de 1956 es quizás, junto a la fecha de su fundación, el día más relevante en la Historia del club paulista. Ese día, un muchacho al que le faltaba más de un mes para cumplir los 16 años, debutaba con el Santos. Durante los siguientes dieciséis años, Pelé hizo del Santos el mejor club del mundo, sólo eclipsado por el Real Madrid de los Di Stéfano, Puskas, Gento y compañía.

En ese periodo de tiempo, el Santos salió campeón del Campeonato Paulista en los años 1958, 1960, 1961, 1962, 1964, 1965, 1967, 1968 y 1969. La antigüa Taça Brasil, lo que hoy conocemos como Campeonato Brasileño, fue a parar a las vitrinas de Vila Belmiro en los años 1961, 1962, 1963, 1964 y1965. Entre la Taça Brasil y el Campeonato Brasileño, creado en 1971, existió una competición nacional denominada Torneo Roberto Gomes Pedrosa, que el Santos ganó en 1968. Esta competición fue creada después de que el Campeonato Rio – Sao Paulo, de carácter regional, como el Paulista, admitiese a clubes de otros estados. Los Campeonatos Río – Sao Paulo de los años 1959, 1963, 1964 y 1966 también fueron ganados por el Santos en aquella gloriosa época. Fuera de Brasil, el Santos también consiguió importantes títulos, como la Copa Libertadores en los años 1962 y 1963, la Intercontinental en las mismas temporadas, ante Benfica y Milán (esta sin Pelé, lesionado), una Recopa Sudamericana en 1968, y una Recopa Mundial también en 1968.

Indudablemente, el verdadero artífice de aquella avalancha de éxitos era Pelé, pero también se debe reconocer que junto a él actuaron jugadores de una clase excepcional, muchos de ellos integrantes de la mítica selección “canarinha” que ganó los Mundiales de 1958, 1962 y 1970, tales como Zito, Dorval, Jair, Coutinho, Zé Carlos, Pepe, el capitán de la selección nacional Carlos Alberto, Toninho, Edu, Clodoaldo y muchos otros. Como dato curioso, cabe destacar un hecho insólito en el fútbol mundial. El cinco de mayo de 1963, en partido contra Alemania, la selección de Brasil alineó nada menos que a ocho jugadores del Santos en el once inicial: Gilmar, Lima, Zito, Mengálvio, Dorval, Coutinho, Pelé y Pepe. El Santos aportaba casi la totalidad de jugadores a la mejor selección de fútbol del mundo.

El 19 de Noviembre de 1969, en el Estadio Maracaná, el Santos se enfrentaba al Vasco de Gama, en partido valedero para el Torneo Roberto Gomes Pedrosa. Pelé había logrado para entonces 999 goles en partidos oficiales, y la marca de los 1000 estaba a punto de lograrse. A falta de doce minutos para el final, con empate a un gol en el marcador, el defensa del Vasco René cometió un penalti. Pelé, con su habitual tranquilidad, anotó el gol con el que conseguía la mítica cifra. El astro dio una vuelta olímpica al estadio enfundado en una camiseta con el número mil, recibiendo las ovaciones de los hinchas de su rival aquella noche.

En 1972, Pelé decidió poner punto final a su trayectoria en su club de toda la vida. Después de dieciséis años y montones de títulos, records y condecoraciones, el mejor jugador brasileño de todos los tiempos, ya con treinta y dos años, aceptó una oferta del Cosmos neoyorquino para, al menos, intentar incrementar la afición al fútbol en los Estados Unidos. El Santos se quedaba sin su mejor valor, y muchas de sus antiguas estrellas se retiraron también con el paso de los años. Como no podía ser de otra manera, el club se resintió, y en los siguientes años apenas consiguió un par de Campeonatos Paulistas, en 1973 y 1978. Los años 80 trajeron sólo un campeonato, de nuevo el Paulista, en el año 1984. Siguieron años oscuros, en los que el club no consiguió títulos, y su antigua aureola de “grande” fue apagándose, hasta el punto de que en los años 90, el Santos atravesó una seria crisis institucional. A finales de esa década, el club volvió a resurgir, haciéndose en 1997 con el Campeonato Rio – Sao Paulo, y un año después con la Copa Conmebol. Con la llegada al banquillo de Vila Belmiro del ex seleccionador brasileño Wanderley Luxemburgo, y la aparición de nuevas estrellas como Robinho o Giovanni, el Santos recuperó su estigma de Campeón, logrando los títulos de Campeón Brasileño en 2002 y 2004, así como el Campeonato Paulista, en 2006, por decimosexta vez en su Historia.

El Santos posiblemente no volverá a ser lo que un día fue, porque sería necesario un nuevo Pelé y una nueva generación de estrellas que le arroparan. Hoy en día es casi imposible que se repita lo que Pelé y sus compañeros hicieron. Las estrellas brasileñas son tentadas desde muy jóvenes por los poderosos clubes europeos, y los equipos sudamericanos en general, y los brasileños en particular, no pueden retener a sus jugadores más valiosos. En Brasil hubo una vez, hace mucho tiempo, una generación de futbolistas que renunció al dorado europeo por una meta mucho más romántica. El resultado fue un equipo de ensueño, preciosista, que hizo las delicias del público en general, y aupó a un modesto club como el Santos al Olimpo de los Dioses del fútbol.
El escenario de muchos de aquellos éxitos fue el Estadio Urbano Caldeira, el campo del Santos, ubicado en el barrio de Vila Belmiro. Su nombre es el de un estrecho colaborador del club en sus comienzos, que sirvió al Santos durante más de veinte años. El campo fue inaugurado el 12 de Octubre de 1916, en un partido frente al Ipiranga, que acabó con la victoria local por 2-1. Adolfo Millon Junior fue el autor del primer gol en el nuevo campo. Quince años después de su inauguración, el Urbano Caldeira estrenó iluminación artificial. El Santos siempre ha sido un pionero en este aspecto, ya que en 1999 amplió la iluminación de su estadio, pasando a ser el campo deportivo mejor alumbrado de todo Brasil. En 1996 se acometieron una serie de obras que afectaron al terreno de juego, muy criticado durante años por su mal estado, y al graderío, construyendo una nueva grada con capacidad para 4.000 personas detrás de una de las porterías.Actualmente, el estadio tiene capacidad para 20.000 espectadores.